La tecnología y la digitalización, las dos palancas que permitirán a Repsol convertirse en una compañía neutra en carbono en 2050.
Repsol, compañía Data Driven que se apoya en tecnologías como Big Data e Inteligencia Artificial para diseñar productos y servicios que aporten valor a sus clientes.
Los datos aportan la eficiencia en búsquedas y producción del petróleo y gas, planificando de forma más inteligente, segura y sostenible sus operaciones industriales; mientras que conoce mejor a sus clientes ofreciéndoles una oferta personalizada.
Gracias a estos avances, Repsol aporta cada vez una mayor precisión en sus pronósticos y en la meteorología. Ya que, la meteorología se está convirtiendo en una variable clave en los procesos de Big Data, con los que las empresas de distintos sectores generan modelos predictivos para sus prácticas comerciales y planificación.
Se ha observado ampliamente que la estacionalidad y las condiciones meteorológicas influyen con mucho peso en los patrones de consumo de los clientes; mayor uso del coche o compra de carburante para la calefacción son decisiones afectadas por la temperatura o la pluviosidad.
Gracias al pronóstico de la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) y de la IA (Inteligencia Artificial), Repsol emplea una herramienta (“Grados día”) que ayuda a anticipar el nivel de la huella de carbono; el consumo de GLP (butano y propano) para calentar los hogares y preparar la cadena logística, incluso para ofrecer productos a medida ante fenómenos adversos como sistemas anti-heladas para la agricultura.
El Hub de Data & Analytics & IA también trabaja en un proyecto para emitir recomendaciones técnicas de eficiencia energética a sus clientes de electricidad y gas, basándose en resultados de algoritmos que incorpora la meteorología.
Desde Repsol, consideran fundamental tener un pronóstico de la producción muy precisa cruzando con estrategias de precios y previsión de la demanda.
Aún así, no se están quedando cortos para nada, también están empleando el uso de Machine Learning y la IA, que harán evolucionar la meteorología. Tecnologías cognitivas que entrenan a los ordenadores con predicciones y comportamientos históricos para que aprendan de manera automática y aporten mayor precisión a los cálculos.